Cuando estamos estresados, las hormonas como el cortisol inundan nuestro sistema, produciendo una reacción de «supervivencia» durante la cual nuestro ritmo cardíaco aumenta, nuestra respiración se vuelve más pesada (lo que requiere más oxígeno) y los vasos sanguíneos se tensan. Además de estos síntomas, la ansiedad y el estrés pueden provocar en ti las siguientes sensaciones:

  •      Miedo e incomodidad
  •      Descontrol de pensamientos obsesivos
  •      Aumento de pesadillas y dificultades para conciliar el sueño
  •      Palpitaciones y sudoración
  •      Otras similares

Estas reacciones pueden contribuir a problemas de salud crónicos como hipertensión, dolores de cabeza, estados depresivos y trastornos de ansiedad. Además, el estrés puede empeorar otros problemas de salud, como el asma, el síndrome del intestino irritable o el insomnio.

No podemos evitar estresarnos o eliminar toda ansiedad en nuestro día a día, pero si podemos actuar para relajarnos y aliviar estos síntomas de forma que alcancemos un estado de tranquilidad con el que podamos trabajar y reaccionar de forma positiva y óptima:

  1. Silencia tu cabeza: Esos pensamientos invasivos pueden ser controlados a través de la meditación. Aprender a eliminar esa negatividad en nuestra mente nos ayuda a localizar de una forma más realista el problema al que nos enfrentamos.
  2. ¡Muévete!: Como siempre la actividad física es uno de los mayores remedios contra muchas dificultades y obstáculos de nuestra rutina. Un poco de ejercicio diario te ayudará, ¡prueba con el yoga!.
  3. Dormir y descansar: Destina un horario más o menos fijos para irte a la cama, garantizando las horas suficientes de sueño y, además, planifica cada día un pequeño descanso, como leer, escuchar música o ver tu programa favorito.
  4. Estírate un poco: No olvides que tu postura puede estar contribuyendo a sentirte encerrado e incomodo. Levántate y concéntrate en cada parte de tu cuerpo estirando con cuidado. Notarás la diferencia.
  5. Focaliza: Debes realizar un juicio de valor y analizar si el problema al que te enfrentas merece la importancia que le estas dando. Una técnica puede ser calificarlo según nivel de gravedad y consecuencia que puede acarrear y acto seguido plantearte cuánto tiempo va a afectar a tu vida, ¿llevar el coche al taller porque hace ruido otra vez te importará dentro de 5 años?

La ansiedad y el estrés son consecuencias que debemos tener bajo control en la medida de lo posible. Si detectas que afectan a tu actividad diaria y/o te impiden desarrollar de forma normal y eficaz tus tareas, plantéate consultar con un profesional para que te facilite las herramientas y prácticas necesarias para tomar el control de nuevo. Si necesitas orientación, puedes consultar con tu médico de confianza.

Avantis, La Respuesta En Salud.