No es necesaria una larga introducción que justifique el hecho de que la navidad se ha convertido en una época de excesos, comidas, alcohol, tabaco, etc. Para aquellos que intentan mantener la máquina en buen estado mientras haya vida, algunos consejitos para compensar los homenajes:

En primer lugar, y para no atiborrarte todos los días de navidad, márcate unos días concretos para los excesos, intenta que no sean consecutivos en lo posible, mejor salteados.  Cenas de nochebuena y fin de año, almuerzo de navidad y día de Reyes, serian las cuatro comidas “homenaje” de las fiestas. Esos días resérvate  solo para esa comida especial, el resto del día toma infusiones para no sobre alimentarte y hacerte daño.

Los días que no has marcado de comilona, intenta hacer comidas basadas en verduras, ensaladas y hongos (setas, champiñones, boletus…), vinagre, aceite de oliva y alguna mínima porción de proteína (ya que has repuesto tus necesidades de aminoácidos esenciales los días de hartazgo) como huevos, jamón, queso, o alguna conserva (sardinas, caballas, atún…).

Los días de cena de nochebuena, fin de año, etc, toma un tentempié un par de horas antes de comer para no “atracarte” durante la cena. Come despacio, mastica bien y sobre todo, disfruta del paladar de cada bocado de una comida que ha sido primorosamente preparada para esas fechas tan especiales.

En cuanto a las bebidas alcohólicas, lo mejor sería abstenerse, pero en caso de que decidas beber alcohol, son preferibles las bebidas fermentadas, un buen tinto o una cerveza. Actualmente existen cervezas que tienen un paladar comparable a un buen vino. Evitar en lo posible las bebidas destiladas. Evita también los refrescos azucarados en la mesa de navidad, es preferible agua o algún refresco sin azúcar.

Por último, y aunque son fechas donde se abandonan muchas rutinas saludables (comer bien, comer lo necesario, hacer deporte regularmente…), debemos intentar mantener algunos días esas rutinas que tanto nos ha costado poner en marcha. Podemos disminuir la frecuencia y la intensidad de las mismas, pero si mantenemos algunos días aislados de rutina, ésta será mas fácil de recuperar una vez pasadas las fiestas. Si por el contrario abandonamos totalmente las rutinas saludables, volver a establecerlas requiere de un trabajo mucho más arduo.