La primera es que, a día de hoy, la mala alimentación mata a más personas que el tabaco. La segunda noticia está en perfecta consonancia con la primera, de hecho podría ser la causa de ésta; el índice de obesidad infantil es un grave problema de salud pública, en España más de un tercio de los niños sufren sobrepeso.

Actualmente se conocen perfectamente los mecanismos implicados en la obesidad infantil y en sus consecuencias directas en el adulto, las enfermedades metabólicas (hipertensión, colesterol y diabetes), enfermedades cardiovasculares,  cerebrovasculares, cáncer, demencia, etc.

El origen del problema está en una exposición continua a los azúcares de la dieta, lo que llevarían progresivamente a generar resistencia a la insulina y a un estado de hiperinsulinemia (exceso de insulina en sangre) que sería responsable directo el colapso del metabolismo que está en el origen de todas estas enfermedades.

Una alimentación basada en hortalizas, verduras y hongos (champiñones, setas, portobellus, boletus, etc), como hidratos de carbono más adecuados para una sociedad sobrealimentada, podría prevenir todas estas enfermedades. El pescado, mariscos, cefalópodos, las carnes y aves, los huevos y los lácteos, complementarían esta base alimenticia aportando los aminoácidos necesarios. A ello podemos añadir las grasas saludables presentes en el aceite de oliva, las aceitunas, los aguacates, los frutos secos y pescados grasos.

Este tipo de alimentación nos aseguraría todos los nutrientes necesarios, sin aportar apenas azúcares ni calorías vacías. Las legumbres, los cereales (integrales) y las patatas se deben limitar mucho ya que aportan gran cantidad de azúcares en forma de almidón. El pan, las harinas y cereales refinados, la pasta, las galletas y otros almidones de postre se deben evitar o consumir sólo en ocasiones especiales, ya que sólo aportan azúcares y energía, ningún otro nutrimento. Del azúcar y las chucherías ni tan siquiera hablamos.

El abordaje de estas enfermedades, de origen conductual (mala relación con ó adicción a los alimentos), desde los equipos profesionales que tratan conductas tóxicas  debería ser muy seriamente tenido en consideración. Personalmente mi propio equipo de la UAD de Ofra (San Miguel Adicciones) lleva tiempo abordando este tipo de casos con resultados muy satisfactorios. En la mayoría de los casos basta con informar adecuadamente al paciente y actualizar sus conocimientos en  nutrición para resolver el problema, el cambio de conductas es el objetivo.

Vistas las nuevas noticias que comentamos al principio (y que dejo el enlace a continuación) las chucherías son un verdadero veneno para el organismo, dar chuches a los niños es tan grave como enseñarles a fumar. Al fin y al cabo mata más personas el azúcar que el tabaco.

Si quieres más información puedes consultar los dos artículos:

Obesidad infantil un grave problema en el punto de mira

Comer mal mata más que el tabaco

Avantis, La Respuesta en Salud